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viernes, 22 de julio de 2011

ANIMOS A JUAN Y SANDRA."Nunca caminarás solo"


A las 9 de la mañana, más de 200 personas se encontraban alrededor de la casa. La familia de cuatro miembros (los padres y dos hijos menores) sentían el calor y la solidaridad de los indignados, de los que luchan con la única arma de sus manos desnudas, de los que saben que la dignidad ni se mendiga ni se pordiosea, de los que hacen sindicalismo andaluz de clase a pie de tajo y no desde poltronas burocráticas, de los que usan las instituciones como herramienta de lucha y nunca como un fin...

Pero ya lo habían avisado. Esta vez no iba a pasar lo mismo que el 5 de julio pasado que se detuvo el desahucio. El Juzgado exigió un fuerte despliegue policial para garantizar el desahucio. Y así fue. Más de 50 agentes de la unidad especial anti-disturbios de la Guardia Civil, apoyados por agentes del cuartelillo de El Coronil y hasta secretas, se aproximaron a la hora fijada, las 10 de la mañana, junto a la comisión judicial.
Su objetivo era claro. Iban a proceder al desalojo de la familia por las buenas o por las malas, amparados en leyes insolidarias, en el poder de la fuerza y las armas y en una justicia inhumana y cruel. Iban a echar de su casa, expulsar a la calle, sin importarles donde fueran a pasar la noche, a un niña pequeña y a su hermano, también menor. Y lo hacían gracias a un Gobierno rendido a los mercados que es incapaz de proteger a los débiles y un Ayuntamiento que mira para otro lado en vez de defender a sus vecinos. Cuanta crueldad contra los pobres y cuanta manga ancha con los ricos y banqueros que han provocado tanto sufrimiento.
No había otro camino que resistir, oponiendo el corazón y la razón a la fuerza bruta, rehén del poder del dinero. Y así se hizo. Hubo una lucha ejemplar, oponiendo resistencia pacífica a este desatino, sin entrar en provocaciones y sin responder a su violencia institucional.
Al final consiguieron desalojarnos y ejecutar el desahucio, pero esto sólo es un mero episodio en una batalla que acaba de comenzar. Que sepan los especuladores que se han equivocado y que no van a sacar ni un céntimo de beneficio de esta injusticia. Tiempo al tiempo.

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